Terremoto

A veces pienso que la política en nuestro país es una novela de fantasía, de esas que me gusta leer cuando estoy demasiado cansado de leer cosas densas, de las que hay un bando en el que son muy malos y un bando en el que son muy buenos. Como la realidad tiende a superar a la ficción con demasiada frecuencia, en este país descubres que los malos son los buenos y viceversa depende de quién esté leyendo la novela. No podíamos dejar de escribir en esta época, en este año que nos espera, aunque la realidad es tan escabrosa que a veces dan ganas de apagar la televisión y dejar todo de lado. Pero me da que por aquí no somos de los de agachar la cabeza y esconderla debajo del ala. 

Y encima ahora vienen las elecciones catalanas.

En Cataluña lo tenemos jodido y eso que no está la cosa tan jodida como mucha gente cree. No hay miedo a habar de ciertos temas, simplemente muchas posturas se han radicalizado. Imagino que desde fuera de todo este tinglado es más fácil echarle la culpa a los catalanistas o independentistas, a aquellos que a fuerza de berrinches quieren romper la sacrosanta unidad de un pueblo que lleva menos tiempo junto que separado. Ya, pero joder, ¿habéis hablado con alguno de los que están en contra de la independencia pero «también» se sienten catalanes? Yo sí y es una experiencia estremecedora. Las conversaciones se radicalizan pero siguen existiendo y luego todos tan tranquilos.

Sin embargo se avecinan elecciones, las más complejas desde que las elecciones existen. Tal como lo veo tenemos dos grandes bloques y en su interior existen ciertos matices. 

Pues aquí estoy, pasando la tarde, esto a mí ni me va ni me viene, es por salir en la foto.

Esto lo empecé a escribir en el 2015. Llevo bastante tiempo enganchado a esto de levantar un negocio y es ahora cuando he encontrado pie para volver a escribir. Cotilleando por los borradores del blog he encontrado esta preciosidad a medio pergeñar. Resulta que han pasado dos años bien ricos de política y movimientos de un lado y de otro, ¿no creéis?

Terry Pratchett -un escritor de fantasía y humor que os recomiendo fervorosamente- tiene un libro en el que cuando se quieren desear mala suerte los unos a los otros se dicen: «ojalá vivas tiempos interesantes». Y nos ha tocado vivirlos sin duda. Como les decía el otro día a los integrantes de este blog (Paco y Omar), no puedo evitar soltar lastre, tengo que deciros unas cuantas cosas que creo que no están llegando a todo el mundo. «¡Pringao!» diréis, «¿Te piensas que lo que digas va a llegar a más gente que lo que piense el mass media?». Obviamente no, no soy tan pretencioso, la finalidad no es informar a los desinformados, no tengo bemoles para hacerlo, la finalidad es decirlo. Si todos decimos lo que estamos viendo quizás nadie nos pueda arrebatar la verdad.

Soy uno de esos sediciosos insufribles que pasó cinco horas de su domingo el 1 de octubre para votar en un referéndum en el que, todo el mundo (TODO EL MUNDO) sabía que su voto iba a ser testimonial. No yo, no mis allegados, TODO EL MUNDO sabía que su voto solo contaría para hacer bulto. Era una expresión del deseo global de la gente. Eso no lo escucharéis en la prensa, muchos han tragado el argumentario de uno u otro bando y están convencidos de que piensan así. Dad un paso atrás y mirad qué cojones está ocurriendo. Creo que es obvio que nada de lo que se está diciendo es cierto.

No hay violencia en Cataluña, no hay necesidad de que 3 de cada 4 antidisturbios españoles (yo estaría cagado si viviera en otra parte, joder, si hay algo chungo van a tener un paseo hasta, por ejemplo, Cadiz) estén en nuestros puertos. Esa supuesta «fractura social» no impide a las familias reunirse y genera tensión innecesaria. ¿Sabéis quién genera tensión innecesaria? Los mismos de siempre, los tontos de uno y otro lado que no tienen narices de hablar en condiciones. Eh, ¿os cuento un secreto? Esos tontos nunca han tenido ganas de hablar ni de llevarse bien, son gente que busca excusas para la gresca. No soy equidistante, tengo una posición muy clara al respecto, pero ni todos los españoles son fachas ni todos los catalanes somos sediciosos peligrosos.

La gente de este país tiene tendencia a creer lo que dicen sus políticos y eso es un puto problema gigante. Cuando empezamos a darnos cuenta nos fuimos a los periódicos y los grupos televisivos con supuestas tertulias imparciales (debo parar un rato de escribir, que me debato entre el llanto y la risa), dijimos: «joder, por fin alguien habla de lo que tiene que hablar, política en prime time, estupendo». Luego algunos nos dimos cuenta del argumentario que nos estaban haciendo comer, sobretodo los que tenemos ideas propias y cuando ves que las coincidencias entre puntos distantes son demasiado claras... algo está pasando.

Los yayoflautas esos son peligrosos, que han vivido una guerra. Secesionistas radicales...

¿Somos borregos? La prensa siempre ha manipulado a su antojo, o mejor dicho, siempre ha sido parcial (no creo que todos los periodistas manipulen). Nunca es equidistante, ni para los de un lado ni para los de otro, ¿por qué? Básicamente porque las personas y los intereses que dirigen esas empresas (son empresas eh, no nos olvidemos) tienen unas ideas y deciden expresarlas con mayor o menor fortuna. Hay pocas voces en el periodismo de hoy en día que te empujen a pensar por ti mismo y eso es una puñetera desgracia. Si más gente pensara por si misma quizás las elecciones las ganarían otros, quizás el sistema no sería lo que es y quizás no habría un problema estructural en nuestra democracia que, vaya novedad, tampoco es nuevo históricamente hablando.

Somos borregos. ¿Sabéis una cosa? Nos lo merecemos. Todos queremos ser lo que no somos, todos queremos sentirnos parte de algo que probablemente nos regurgitará y nos expulsará a la mínima visión de que tenemos una opinión diferente. La prensa no es diferente, la prensa es pretenciosa (vuelvo a generalizar y vuelvo a decir que no creo que todos sean iguales, es estúpido pensar que sí lo son), quieren que su opinión se pose sobre las opiniones de los demás y acaben formando una plastilina acuosa con la que moldear fácilmente las reacciones sociales.

Pensad por vosotros mismos, informaos con gente de la calle, hablad y buscad en twitter y blogs bastante personales como este (personales de los tres, de nuestras ideas de política y sociedad) la verdad de las cosas. Puede que haya escritos algo sesgados y cargados de emociones como este, puede que haya escritos y datos por ahí fuera mucho más concisos que otros. En algún lugar entre todas las versiones se halla la verdad. Escuchad, leed y sobretodo, pensad por vosotros mismos.

Otro día seguimos hablando, quizás de Catalunya, que hay muchos puntos que poner sobre las íes, muchas chorradas que quitar de la cabeza de la gente.

Un abrazo


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